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Meyerland y el Poly Klyn

En Meyerland definitivamente nunca se encontrará un poly-klyn.

 

La idea del Poly-klyn nace del concepto de lo improvisado de forma deficitaria.    Es evidente que a nadie con buen gusto, se le ocurriría poner un lavabo de plástico, material poco noble  y poco aséptico, para el uso íntimo y contacto con la piel, poniendo en juego la salud de un Meyerlandino.

 

Los eventos que requieran del uso de poly klyn,  se realizarán en los recintos perfectamente equipados con lavabos de primera calidad y de limpieza extrema.

Los circos o eventos ambulantes que pasen de forma momentánea por el imperio de Meyerland, usarán dichos recintos.

En caso de ser necesarios más lavabos, para macro-eventos simultáneos, que desborden la capacidad de los recintos,  se procederá a la instalación de poly-klyn metálicos que serán limpiados cada 30 minutos, tendrán luz y mesita para facilitar las cosas (sabemos lo que hacéis en los lavabos) y olerán a jazmín en vez de a producto químico de baja monta.

 

Poly- Klyn, este es tu fin.


¡QUE LE CORTEN LA CABEZA! Mario Vaquerizo

QUE LE CORTEN LA CABEZA!  Mario Vaquerizo

Son las 12 de la noche y voy por mi segundo gin-tonic.    El bar es genial:  lleno de gente trendy,  música indie-electrónica con toques electro-pop,  ambiente liberal, aromas exquisitos  que expulsa un ventilador de rocío, y unas luces de neón sobre nuevas cabeza que dice “hipsters”  en color fucsia y apunta hacia todos nosotros.

Todo es maravilloso y me voy a pedir mi tercer gin-tonic de alguna

ginebra premium,

con tonic premium

y cubos de hielo premium.

Al lado mío, aparece él:  Mario Vaquerizo.

Se me pone a hablar, a balbucear.  Hablamos de lo divino, de lo terrenal,  de lo IN de lo OUT  y seguimos bebiendo.

Él bebe cerveza; yo gin-tonic.

Me dice de ir al lavabo  y yo le digo que…  Seguimos hablando.

Me dice de ir al lavabo y yo le digo que….

Me cuenta proyectos espectaculares,  propuestas estrambóticas,  me promete popularidad galáctica y me dice que me ayudará con la dieta.

Ya voy por el cuarto gin tonic,  y nos sacamos fotos que colgamos en Instagram y somos amigos de Facebook , y nos seguimos en Twitter y hacemos check in en Foursquare juntos.

¡Todo es guay!  Y brindamos por la anorexia, por la bulimia, por el alcohol, las drogas, la falta de talento,  la cultura low cost,  lo apolítico, el pasotismo y  por la vida misma. Y somos felices y nada importa porque…

Viene mi amigo por detrás y me dice

-“ Es Mario Vaquerizo”

Y lo miro y digo

-“ Es Mario Vaquerizo”

Sí.  Mario Vaquerizo

Llamo al camarero, y le digo al oído

¡Que le corten la cabeza! 


Meyerland y los libros de autoayuda

Meyerland es un país donde la tolerancia es una de sus bases constitucionales. Empero no aceptaremos literatura basura ni publicidad engañosa ni recetas mágicas caducadas y/o baratas.

Los libros de autoayuda o sucedáneos en forma de cuento de poco valor literario (léase, por ejemplo, ser Paulo Coehlo) no serán aceptados en nuestro imperio ya que creemos que perjudican seriamente la integridad de los Meyerlandinos. Tampoco serán admitidos los fanáticos de Jorge Bucay, el ladrón de fabulas orientales y ancestrales, ya que creemos que es mejor caer en las drogas duras, que leerlo a él y sucumbir a sus encantos y alucinaciones.

Podríamos seguir enumerando a varios autores y títulos no recomendables, pero no queremos hacer censura, sino advertir de los peligros que conllevan estas lecturas.

            Para finalizar debemos decir que hay un autor que por más de que sea un de ligero-moderadamente de autoayuda queda exento de esto: el Sr. Hermann Hesse, premio Nobel de literatura, que puede resultar de un interés curioso y nutriente sobre todo en la adolescencia

Así pues, bébase una copa de vino, pero aparte dichos libros: use twitter o  lea blogs.     Buenas noches, o buenos días.


Meyerland y las fotos nocturnas de fiesta

En Meyerland hay una ley que prohíbe la reproducción y/o de fotos de fiesta tomadas después de las 3am. Esta ley fue promovida por el ministerio de dignidad y cuidado estético el cual, previendo los grandes impactos visuales que podrían crear estas fotografías, decidió decretar dicha ley.

Desde el comienzo de los tiempos fiesteros, se sabe que las personas a partir de las 2:30am/3am de la madrugada, pierden glamour y dignidad por circunstancias como: alcoholismo, drogadicción, cansancio, maquillaje desvanecido, fotos tomadas en lugares oscuros y con mucho flash que desfiguran y desfavorecen a todos, fotos tomadas con los móviles, etc.

Siendo previsores y queriendo mantener el integridad de todos los miembros, visitantes y Meyerlandinos, se aprueba la ley de prohibición de distribución y exhibición de dichas fotografías (el propietario y el damnificado si las pueden ver).

            Por ultimo indicar que se contempla y recomienda el periodo de 24hs antes de su destrucción o archivo perpetuo, con el fin de poder hacer uso de las mismas con fines de “reconstrucción de la noche anterior”

Cuidado con los paparazzi!


Meyerland y los carnavales carioca

En Meyerland se harán carnavales cariocas todos los domingos. Será obligatorio llevar puestos sobreritos, antifaces y demás objetos pertinentes.

El Carnaval carioca como tal es una oda a la alegría y al absurdo, a la risa autogenerada y a la risa consecuencial, un himno a fiesta y por sobre todas las cosas: un concepto divertidísimo. Es así que el emperador de Meyerland nunca permite a ningún ciudadano negarse a este festín, castigando al infractor al exilio, y realizándolo el mismo con una simple patada en el culo.

Por lo tanto, queda a partir del día de la fecha, firmado el decreto ley por el cual todos los domingos a las 19hs, se comenzará con el reparto de:

Trompetas, trompetines, trompetitas, trompetones y trombones,

Serpentinas, pitos enrollables, pitos multicolores, confeti, máscaras de personajes políticos y de otros animales, sombreros con frutas en la cabeza o sombreros de distintas profesiones de servicios a la comunidad  (léase bomberos, enfermeras, policías, etc.), máscaras de tipo veneciano pero hechas en plástico, pulseras de colores fosforescentes, palitos auto iluminados que se conservar en el congelador (si no se consiguen por ser muy antiguos se pueden utilizar los auto iluminados que se activan con un simple click siendo más actuales), pecheras de king kong o de la Cicciolina,  narices de payaso de toda la vida, y muchísimas cosas más imposibles de enumerar y que se dejan a la imaginación de los ciudadanos para así, ganar el favor del emperador.

Lo que sí será condición sina qua non es la presencia de nuestra querida PIÑATA. Y…. ¿A ver quién la pincha?


Meyerland y los coches rojos

En Meyerland prohibiremos los coches monocolor rojo. La sencilla razón de este edicto, es que el emperador cree que son cutres.

La gente que conduce coches color rojo, generalmente son personas que tiene grandes problemas de autoestima y que los canaliza queriéndose hacer notar ante el mundo entero. Por otra parte, dícese que los hombres que conducen coches color rojo…vienen en tamaño…SMALL.

Por lo tanto, previendo estas desilusiones de tamaño al resto de la población, evitando cruzarnos con personas bajas en autoestima que a veces y probalemente se convierten en violentas, evitando el cliché de tener coches rojos deportivos que son de mal gusto por excelencia,  y  previendo demás peligros que se podrían deducir de los cuatro ruedas de tinte sangre circulando por Meyerland,

¡SE PROHIBEN POR ORDEN Y GUSTO DEL EMPERADOR!

A pintar vuestros coches, CUTRES!!!


Meyerland y la paciencia

En Meyerland la paciencia es un bien muy preciado, ya que es escaso. El emperador de Meyerland, vuestra majestad, es conocido por su impaciencia y es por ello, que cuando constituyó su estado, decidió que aquellos que trajesen paciencia serían admitidos con las puertas abiertas y todas las pompas a habitar en su reino

La paciencia es un tesoro que lo pueden poseer personas con una psiquis muy estructurada y equilibrada, ya que requiere de la anulación de pensamientos y fantasías que se presentan como apariciones mientras uno espera el suceso en cuestión. Esto quiere decir que, bajo los patrones de hiperactividad cerebral y funcional del emperador, es inconcebible, pero que lo mira con buenos ojos en quienes logran dicha cualidad tan preciada.

            En conclusión, su Excelentísimo cualifica de Don a esta virtud, ya que la necesita para equilibrar su reino.

TIMES GOES BY… SO SLOWLY


Meyerland y tacones

En Meyerland todas las mujeres deben usar tacones.   Los hombres queda a libre elección aunque no permitiremos que mas del 10% lo haga  (sean gays o lo que sea) por una cuestión de equipar estéticas y promover la multi-esteticidad.

El tacón, un invento fabuloso que no sabemos a quién se lo debemos, es un arma que estiliza, rectifica, adelgaza, embellece, da glamour,  estilo y mucho más. En Meyerland se obligará a llevar tacones (y depende que día, tacón aguja) pero con elegancia y buen gusto, esto quiere decir que se deberá saber andar en tacones o se tomaran clases (las cuales se dan gratuitamente).

Referente al cansancio, dolor de piernas y demás quejas que se puedan recibir con respecto a este decreto, el emperador de Meyerland ha decidido que: “o se buscarán la vida para que alguien les haga masajes, o podrán concurrir a centros especializados que los cubrirá la seguridad social meyelandina, añadiendo una pequeña suma de dinero en concepto de “amor al emperador y su concepción de un mundo mejor a través de la estética”

            En conclusión, Meyerland promueve el taconeo en su versión Garbo, en su programa “Glamour y buen gusto”. Así que… put on your heels motherfucker


Meyerland y Pereza

Pereza ha entrado a Meyerland algunas veces y revolucionó el imperio feliz y productivo en el cual vivimos. Hace muchos años, entró por primera vez, presidiendo un ejecito que contaba con la presencia de Sra. Depresión, Mr. Intolerancia, Sr. Perdida de Apetito, y varios amigos más de “Srta Desidia” (que es su nombre original) también conocida como desgana o vagancia…

Desde que irrumpió por vez primera y creó aquellas revueltas, en Meyerland, su emperador, decidió que cada vez que se divise a lo lejos a Pereza, hay que apedrearla con actividades lúdicas, intelectuales y reuniones sociales.

Pasados los años, su emperador, llegó a un acuerdo de paz que consiste en que si Pereza quiere visitar Meyerland, lo puede hacer con previa consulta y solo puede quedarse unas horas, luego debe marcharse…Y que jamás de los jamases venga con sus amigos irrespetuosos y cansinos con los que vino en aquella lejana ocasión

Desidia: En Meyerlandia mantenemos la diplomacia contigo, mantenla con nosotros y ¡habrá paz!

Ahora, Meyerlandinos ¡Todos a dorm… #ohwait  ¡Todos a producir!

 


Meyerland y la soberbia

La soberbia en Meyerland toma tiene dos connotaciones.  La primera desde el punto de vista estético-mascara, la cual es aceptada y reconocida como una corriente digna de aceptar y de ser venerada en el mundo circense.

La segunda, es una corriente de tipo existencial, la cual es repudiada por ser falsa, hipócrita y fuera de lugar. Esta segunda vertiente, podemos decir, que el visitante de que se pavonea con ella hace gala pecando de soberbio sin reflexión previa y con clara convicción del asunto. Las virtudes, aptitudes y encantos deben salir de forma natural y resaltarse de manera fluida sin tener que subrayarlos de forma violenta y agresiva. De este modo, cuando el individuo fuerza remarcar estas características, pierde toda potencia y potencialidad y cae en la bajeza.

A diferencia del segundo tipo de soberbia, la primera, es una caricaturización de ciertas características, de modo consiente, por lo cual hay entre medio, un proceso de crítica y reflexión de las mismas.

A modo de cierre, Meyerland da la bienvenida a la actitud de alta costura excéntrica, a los tacones alto y narices respingadas, a show del divismo, a la ironía visual y verbal; pero Meyerland repudia la pedantería intelectualoide, los envases vacíos, los galardones injustificados y demás mamarrachos que andan desperdigados por ahí.

 

Más diversión y menos gafa-pastismo